La terapia de frío amortigua la inflamación y reduce la sensación de dolor.
Se distingue entre estímulos de frío de larga duración y de corta duración. El frío de larga duración reduce la actividad muscular, lo que a su vez reduce la tensión muscular.
Con la bolsa de hielo, se envuelve una bolsa fría en un paño y se coloca en la parte afectada del cuerpo durante unos 20 minutos.
Los estímulos breves de frío estimulan la actividad muscular y aumentan la tensión muscular. Este tipo de aplicación suele llevarse a cabo durante un tratamiento fisioterapéutico utilizando una paleta de hielo.